Resulta que en un curso de “Ortodoncia para higienistas” hay un apartado que habla de que todos los pacientes de una clínica son candidatos para someterse a un tratamiento de ortodoncia. Cuando me lo contó Eva, nuestra higienista más especializada en Ortodoncia, me sorprendió, ya que nunca me lo había planteado así tan radicalmente y le contesté que, efectivamente, si analizábamos a todos los pacientes, algo veríamos para tratar, pero que yo discrepaba de ese 100% y es que hay maloclusiones tan bellas que sería un delito tratar.
Soy una enamorada de las clase II división 2 muy leves, o clase I con aspecto anterior de clase II división 2. Es decir, aquella maloclusión en la que los dientes superiores, sobre todo los incisivos, están afectados en su inclinación buco-lingual. La gente suele decir: “tiene los colmillos hacia delante y las palas hacia atrás”. Lo que en realidad sucede es que los incisivos laterales se vestibulizan y los centrales se palatinizan, quedando un aspecto como el que muestran las actrices Katherine Heigl o Kirsten Dunst. Yo estoy convencida de que su atractivo está totalmente relacionado con su sonrisa, o sea, con su maloclusión. Jamás las trataría y así se lo digo a chicas con un problema similar.
La versión masculina tampoco está nada mal, ¿o es que alguien se fijó en ello cuando apareció para convertirse en el vampiro más famoso del siglo XXI?. Al contrario, a todos nos parecía más vampiresco precisamente por esta retroinclinación de los incisivos centrales tan sensual.
Otra maloclusión que está muy de moda es el diastema interincisivo superior, o dicho de otro modo, el espacio entre los incisivos centrales superiores. La causa más frecuente es la existencia de un frenillo labial con fibras fuertes que se insertan por detrás, como es el caso de la modelo Vanesa Paradis, la cantante Madonna o la actriz Anna Paquin.
Lo que suelo hacer en estos casos es explicar al paciente que podemos cerrar el diastema, juntando los dientes si estéticamente él lo prefiere, aunque sabemos que hay algunos casos en que será necesario el uso de carillas, pues suelen tender a la recidiva . Reconozco que a mi me suele gustar más en chicos que en chicas. Nunca me importó ver el diastema de Eddy Murphie los dos millones de veces que vi el Príncipe de Zamunda durante mi infancia. Y el actor Quim Guierrez no sería el mismo sin ese pequeño espacio que tan bien le sienta.
Antes de poner ejemplos de maloclusiones que hay que tratar con urgencia, os quiero mostrar a mi actor favorito, un hombre que pese a su mandíbula súper retruida (que sólo arreglaría la cirugía ortognática) me tiene enamorada y es que Denzel Whashigton es un actor tan espectacular y tiene una sonrisa tan sincera, que nadie nota el resalte tan gran que tiene.
Como os he comentado antes, hay pacientes que sí pertenecen al grupo a los que hacía alusión el curso, los que irremediablemente necesitan un tratamiento de ortodoncia para tener una gran sonrisa.
Emma Stone es una actriz con una dinámica de la sonrisa que no me terminaba de cuadrar. Algo hay raro… por fin hoy lo he descubierto. Esta chica confesó en una entrevista que hasta los 11 años tuvo el hábito de succionar su dedo pulgar y que llevó 7 años brackets para corregirlo. Es un ejemplo de la importancia de la colaboración en el tratamiento de ortodoncia.
Miley Cyrus, antes de su tratamiento de ortodoncia presentaba una sonrisa gingival anterior, además de no llenar los espacios posteriores, uno de los secretos para tener una gran sonrisa.
Tras su tratamiento, presenta una sonrisa más armónica y completa. Todo un acierto.
El eterno ejemplo de maloclusión que es antiestética es el que presenta Tom Cruise a pesar de haber sido portador de aparatología fija multibrackets y es la desviación de la línea media superior. No hay nada más asimétrico que este efecto y de hecho, él lo sabe bien, por eso siempre posa de medio perfil, para disimularlo.
Mi conclusión es que hay maloclusiones leves que dan personalidad y que no deberían ser tratadas a no ser que el paciente presente algún problema funcional o dolor articular; o bien porque al paciente no le gusta su estética.
Sin embargo, hay otras que no dan lugar a dudas, y así debería ser, tanto por parte del profesional como del paciente, que siempre debe confiar en que se le aconseja lo mejor.
No olvidéis que para conquistar el corazón de millones de adolescentes no sólo hay que tener una buena voz, sino irremediablemente pasar por un tratamientode ortodoncia que te dejará sonrisas como ésta.